sábado, 14 de septiembre de 2013

De Álvaro de Córdoba a Juan Pablo II

 

    El Año de la Fe, proclamado por el Papa Benedicto XVI, comenzó el 11 de octubre del 2012 y concluirá el 24 de noviembre de 2013, en la solemnidad de Cristo Rey del Universo. Por este motivo, a lo largo del año se han sucedido numerosos actos en toda la diócesis. No obstante, ninguno ha levantado la expectación del que se celebra esta tarde en la ciudad.

    La decisión de realizar un vía crucis como acto de fe ha sido tomada por la Agrupación de Cofradías por ser Córdoba el lugar donde se celebró el primer vía crucis de la mano del beato Alvaro de Córdoba, práctica piadosa traída por el dominico desde Jerusalén. Allí, los peregrinos se encontraban con la tradición de recorrer los lugares donde sucedieron los hechos de la Pasión de Cristo, naciendo de este modo las estaciones o paradas en el camino de Jesús por la Vía Dolorosa hasta llegar al Calvario.

    A partir de entonces se crearon las catorce estaciones, que conforman el llamado vía crucis tradicional, la mayoría de ellas basadas en los relatos bíblicos y otras muy apegadas a la tradición popular, sobre todo extraídos de los evangelios apócrifos. Sin embargo, en esta ocasión, la comisión organizadora no ha optado por elegir este vía crucis tradicional, sino que ha elegido recrear el escrito en 1991 por Juan Pablo II, ya que, según la organización, da más posibilidades a la hora de elegir pasos de nuestra Semana Santa para su representación.

    Con este vía crucis, el Santo Padre propuso por primera vez a toda la comunidad cristiana un nuevo texto basado íntegramente en el Nuevo Testamento. Desde entonces ha supuesto una vía alternativa, un complemento al que se celebraba tradicionalmente.

    El nuevo vía crucis consta de quince estaciones, que son las siguientes: primera estación, Jesús en el Huerto de los Olivos; segunda estación, Jesús es traicionado por Judas y arrestado; tercera estación, Jesús es condenado por el Sanedrín; cuarta estación, Jesús es negado por Pedro; quinta estación, Jesús es juzgado por Pilatos; sexta estación, Jesús es flagelado y coronado de espinas; séptima estación, Jesús carga con la cruz; octava, Jesús es ayudado por el Cirineo; novena estación, Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén; décima estación, Jesús es crucificado; undécima estación, Jesús promete su reino al buen ladrón; duodécima estación, Jesús Crucificado, la Madre y el Discípulo; decimotercera, Jesús muere en la cruz; decimocuarta estación, Jesús es depositado en el sepulcro y decimoquinta y última estación, Jesús resucita de entre los muertos.

    Este vía crucis no pretendía en ningún momento suplir al tradicional, sino, de algún modo complementarlo. En este sentido, el maestro de Ceremonias Pontificias, monseñor Piero Marini, señala que "este vía crucis es una alternativa; al igual que en la misa hay varias plegarias eucarísticas, también ahora existe otra posibilidad de rezar el vía crucis".

    Tanto es así que el mismo Juan Pablo II, en el rezo del vía crucis del Viernes Santo en el Coliseo de Roma, a veces seguía el nuevo modelo creado por él y otras retornaba al tradicional celebrado durante siglos.

    Sea como sea, lo cierto es que esta tarde las cofradías cordobesas le darán forma plástica a este vía crucis, incitando a los fieles a rezar las quince estaciones que lo conforman. Será una manera única de recordar a Alvaro de Córdoba, quien dio a la ciudad de Córdoba el privilegio de ser la primera ciudad de Occidente que rezó el vía crucis.

F. Mellado - Diario Córdoba 14/9/2013